Como decía aquel: "el talento siempre está bajo sospecha".
Para todo aficionado al fútbol, al bueno, al de dámela que ya me encargo yo, debe ser triste ver como tantos entrenadores deciden apostar por "músculo" sobre aptitudes, generando partidos que ni el más acérrimo futbolero es capaz de tolerar. Así, con habitualidad, se da el caso de que trayectorias de futbolistas con cualidades superiores a la media son truncadas únicamente por caer en manos de determinados entrenadores.
Claro, que después es muy sencillo para ellos (los misters) defender su teoría de marginar el talento; únicamente siendo necesario alegar la excusa típica de que futbolistas de ese corte no se implican, no lo dan todo, y no aportan lo que ellos necesitan. Que habrán casos, sí, pero ustedes a mí no me engañan, su cobardía les puede, y prefieren once "rocas" que le defiendan su marco, y con ello su sueldo, a sólo nueve y dos -mira que es poco exigir- piezas que den lo que todo aficionado (local o visitante) pide; que ofrezcan magia, que hagan pagar los desorbitados precios de las entradas y regreses a casa con la boca abierta.
La reflexión está hecha en la mañana de hoy, durante el partido Aston Villa-Newcastle, relacionada directamente con el último partido del Oporto, ya que en ellos se dan, en mi opinión, dos casos sangrantes de talento en entredicho. Hatem Ben Arfa y Ricardo Quaresma, jugadores fuera de lo ordinario.
Ricardo Quaresma es un jugador exquisito, pero no sólo eso, es un futbolista absolutamente influyente, que es lo verdaderamente complicado. Llevo años siguiéndolo, prácticamente desde su llegada a FCB, y pocas veces me ha decepcionado una aportación suya sobre el césped.
Jugador que camina, se mueve, la golpea, de manera peculiar, casi con la sensación de querer quitársela de encima, tratando con desdén la pelota, actitud que hace desvirtuar la realidad, que es que ésta es una prolongación suya, la musa de sus obras, y por ello la trata tan libre de nervios y tensión, haciendo que fluya.
Viendo el debut del Oporto este año en la Primeira Liga, y la exhibición de Ricardo en la segunda parte, unido a la racha de ídolo que ya adquirió en la segunda mitad de la temporada pasada-desde su llegada-, y la venida de un mister que sabe tratar a los jugadores que a su vez saben tratar el balón, me froté las manos vaticinando que este sería un gran año para ver al mejor Quaresma, un buen año para el telespectador.
Pero resultó que al sentarme nuevamente, expectante, ante el televisor para ver el Oporto en la previa de Uefa y buscar al gran talento, Julen Lopetegui había decidido blindarse con un "trivote" (Herrera-Neves-Casemiro, que no suena mal), y renunciar a un jugador de ataque... Y nuevamente, como tantas otras anteriores, se repetía la historia, el sacrificado fue Ricardo Quaresma.
Por ello, pienso que hay jugadores de los que prescindir en los terrenos de juego es más sencillo, Ricardo es un ejemplo típico de ello, y suelen ser los que a todas luces más aportan, sobre todo en ataque, y me entristezco porque, a veces, el aficionado debe "comerse" raciones de Sissokos, Anitas y Colbacks, en las mismas dos horas de banquete donde podía haber saboreado ración completa de Ben Arfas.
Pero resultó que al sentarme nuevamente, expectante, ante el televisor para ver el Oporto en la previa de Uefa y buscar al gran talento, Julen Lopetegui había decidido blindarse con un "trivote" (Herrera-Neves-Casemiro, que no suena mal), y renunciar a un jugador de ataque... Y nuevamente, como tantas otras anteriores, se repetía la historia, el sacrificado fue Ricardo Quaresma.
Por ello, pienso que hay jugadores de los que prescindir en los terrenos de juego es más sencillo, Ricardo es un ejemplo típico de ello, y suelen ser los que a todas luces más aportan, sobre todo en ataque, y me entristezco porque, a veces, el aficionado debe "comerse" raciones de Sissokos, Anitas y Colbacks, en las mismas dos horas de banquete donde podía haber saboreado ración completa de Ben Arfas.
Ben Arfa en un partido con el Newcastle |
No hay comentarios:
Publicar un comentario