sábado, 27 de diciembre de 2014

La creación de "El Entrenador".

El presente de un jugador como previsor de un futuro entrenador.

En una de las conversaciones previas a un partido entre colegas y compañeros, recientemente, entablé diálogo con un amigo, el cual alcanzó cotas más altas que yo en su juventud como futbolista en ciernes. Uno de los fragmentos de la conversación fue en el que le dije que el hecho de que él hubiera jugado en equipos de superior categoría, y que su nivel futbolístico fuera, y sea, bastante superior al mío, en modo alguno significaba que, por ello, tuviera que saber más de fútbol, hablando en términos más bien teórico-tácticos (posicionamiento, acciones tácticas ofensivas y defensivas, ubicación sobre el terreno, salida de balón o correctas vías de llegada...), que yo. 

Dije eso y lo acompañé con un: "además de que tu posición de lateral o extremo puro y la mía de portero hacen muy probable que yo haya aprendido bastante más en los mismos años jugados, aun en categorías inferiores", cosa que, por supuesto, le extrañó y, dicho sea de paso, ofendió.
Ciertamente siempre he pensado que para ser un buen entrenador es bastante importante, aunque no definitivo (véase Mourinho como excepción), haber jugado muchos años (siempre) a este deporte, así como que las posiciones atrasadas dan bastante mejor visión, y a la larga, sabiduría de posicionamiento y táctica, derivando en un mejor conocimiento global de juego. A grandes rasgos, con más concreción, defiendo que los porteros, centrales y medio centros acumulan más nociones válidas para un futuro como entrenador que las restantes posiciones, al margen de su categoría.
Hasta hoy sólo eran pensamientos propios, sin base sólida, siquiera examinada, pero a raíz de ello se me ocurrió indagar un poco en el tema, en principio más cuantitativa que cualitativamente, por su carácter objetivo.

He seleccionado varios de los entrenadores que en el presente dirigen a los mejores equipos del panorama internacional, o varios de los que despliegan mejor fútbol, y éste ha sido el resultado:
Porteros: Nuno (Valencia) y Lopetegui (Oporto).
Defensas: Blanc (PSG), Wenger (Arsenal), Rodgers (Liverpool), De Boer (Ajax), Pochettino (Tottenham), Pellegrini (Manchester City), Berizzo (Celta), Koeman (Southampton), Hodgson (Inglaterra).
Centrocampistas creativos o medio centros en general: Guardiola (Bayern), Conte (Italia), Ancelotti (R.Madrid), Deschamps (Francia), Van Gaal (Manchester United), Del Bosque (España), Dunga (Brasil), Di Matteo (Schalcke 04).
Centrocampistas puros de banda y atacantes: Luis Enrique (Barcelona), Joachim Löw (Alemania), Mancini (Inter), Inzaghi (A.C Milán).
La proporción es bastante clara, en cuanto a estilo o conocimientos, ya deben juzgar ustedes.
En mi opinión, la táctica de un equipo sólido principalmente se forma desde la defensa, pasando el orden y el ritmo a los medio centros y dejando una mayor improvisación en el ataque.
El portero es, a mi entender, el punto más importante del entramado táctico, dado que desde su posición observa absolutamente todo el ancho del campo en la línea de retaguardia (realmente el conjunto), cosa que ningún jugador más puede hacer. Desde allí es capaz de corregir todo tipo de errores de marca, basculación, cobertura defensiva, etcétera. Un portero que alerta correctamente a sus defensas es un jugador que suma por dos. 

Los centrales son los segundos jugadores, junto al guardameta, que considero que mayor bagaje acumulan en cuanto a posicionamiento y correcta toma de decisiones a lo largo de una carrera. Ellos son la segunda de las partes del todo que observan el resto del campo, y que para ser considerados grandes defensas deben controlar no solo su línea, sino la del centro del campo; acudiendo en ayuda cuando la necesite, cubriendo su espalda, permutando posiciones con el medio centro en recuperación de balón y contragolpe, o tantas otras acciones destacables.
La tercera y última de las zonas primordiales es la línea de medios centros, sea individual o compuesta. En esta zona puede haber jugadores puramente técnicos o eminentemente tácticos, los primeros sumarán a lo imprescindible de su posición en el equilibrio de un equipo, sus dotes individuales de distribución y visión de juego, lo que les favorecerá, sin duda alguna, en una futura trayectoria como entrenadores. 
Los laterales y atacantes (extremos y puntas) suelen tener parcelas más reducidas en el campo, siendo una banda o la zona de llegada, perjudicando ello, a mi entender, a una visión general. En esta última los delanteros únicamente tendrán que preocuparse de cubrir y manejar perfectamente escasos metros de campo, así como hacer una presión adecuada, pero pocas veces en la mitad de campo propio, no teniendo asimismo, a ningún compañero delante suyo, lo que le permite despreocuparse de fallos de su equipo que deban corregir. 
Estos son, a grandes rasgos, varios de los puntos que me llevan a pensar que realmente un jugador curtido en defensa y zona de creación, a lo largo de su trayectoria, es más probable que adquiera conceptos de los que un lateral, extremo o delantero carezca, y es por ello que, aun no habiendo en estos casos manera de comprobarlo empíricamente, seguiré defendiendo esta teoría, seguramente en el resto de mis discusiones futbolísticas.



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