domingo, 14 de septiembre de 2014

Almería 1-1 Córdoba: Un punto que sabe mejor a los visitantes que a los locales.

Almería y Córdoba firmaron un empate -que sabe mejor a los visitantes que a los locales, que ven este partido como una oportunidad perdida de sumar sus tres primeros puntos- en el partido que abría la jornada 3 de la Liga BBVA. Almerienses y cordobeses quedan provisionalmente, a falta de que se jueguen el resto de partidos de la jornada, fuera de la zona de descenso.




El Almería saltó al Juegos del Mediterráneo con la clara idea de hacerse con los tres puntos. Y así lo plasmó sobre el terreno de juego. El control del balón corría a cargo de los de Francisco, que no tardaron en adelantarse por medio de Edgar en el minuto 13. A partir de ahí -y hasta el empate del Córdoba- dominaron los de 'Chapi' Ferrer. Fede Cartabia ponía el empate en el minuto 19 y el partido volvía a empezar de nuevo. El Almería volvió a hacerse el dueño del partido y, Edgar (quién sino), tuvo la oportunidad más clara de la primera parte, que se quedó en nada por culpa de un desafortunado resbalón cuando iba a rematar en boca de gol.

Trujillo y Ghilas disputan el balón.
La segunda parte empezaba igual que la primera, con un Almería dominando el juego y un Córdoba buscando las contras con la velocidad de sus extremos Cartabia y Fidel. Un penalti claro, por medio de una mano de Campabadal que cortaba un cabezazo de Hemed, evitó que el Almería pudiera poner el 2-1. El Almería reclamó hasta dos penaltis más que el árbitro Teixeira Vitienes no vió oportunos señalar.

Conforme avanzaban los minutos y el cansancio empezaba a atenazar las piernas de los jugadores, fue el Almería quien demostró mayor poderío físico. Pero el larguero, tras un gran remate de cabeza de Soriano, y la permisividad del árbitro ante el juego duro de los cordobeses, evitó que el Almería pudiese volver a adelantarse. Y, con el tiempo casi cumplido y un Almería totalmente volcado al ataque, el Córdoba tuvo una oportunidad de oro de ganar en un mano a mano que Rubén salvó a disparo de Ghilas en lo que quizás hubiese sido un castigo más que excesivo para los de Francisco que, una vez más, merecieron mucho más y acabaron yéndose con un botín más que insuficiente a los vestuarios.


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