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Muniain celebra el 0-1 entre varios jugadores del Nápoles |
Se sabía que iba a ser un partido bonito, con ritmo, movidito y no ha defraudado, lo ha sido. De entrada, unos primeros 15 minutos del Nápoles, que si bien tenía el control del juego como se esperaba, no profundizaba como quería, sus pérdidas de balón tampoco las aprovechaba un Athletic muy timorato en los primeros minutos y muy fallón en el pase y en la salida del balón.
Una vez llegó el minuto 20 de partido el Athletic empezó a hacerse dueño del balón, y fue creciendo, así en el minuto 40 ya merecía con creces ir ganando, cada jugada a balón parado era una ocasión, cada contra otra y cada vez costaba menos crear peligro a base de jugadas elaboradas. Y en el 41 De Marcos cogió un balón en banda, se marchó de su marcador y nadie lo pudo tapar, levantó la cabecita y se la puso a Muniain que entraba en el área de segunda línea, con calma controló y la tocó suavecita pegadita al palo, imparable, golazo y éxtasis entre el millar de aficionados zurigorris que se desplazaron hasta Nápoles. De ahí al descanso los minutos se pasaron muy rápido para los leones, vieron sangre y quisieron buscar el segundo pero no quedaba tiempo, nos íbamos al descanso.
Había dudas de cómo empezaría la segunda mitad, pronto se desvanecieron, el Athletic hacía y deshacía a su antojo, montado a lomos de un desatado Muniain tuvo 15 minutos de auténtico espectáculo, así fue tal, que Benítez rápido tuvo que mover el banquillo.
El estado de desenfreno vasco duró hasta que en el minuto 67 Higuaín se sacó una jugada personal de ensueño que acabó en la mallas de Gorka Iraizoz, golazo, minutos antes debió de haber sido expulsado por una agresión a Laporte cuándo éste cayó sobre él involuntariamente tras proteger un balón.
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El 'Pipita' puso las tablas con un gran gol |
A partir de ahí el partido dio un vuelco, tras el gol el Athletic dio un pasito atrás y el Nápoles empezó a ir ganando metros hasta que con el cambio de Valverde, dando entrada a San José por Beñat le dio la estocada a su propio equipo en los que estuvo achicando agua y bajo las manos salvadoras de Gorka Iraizoz hasta prácticamente el final. Un final dónde Muniain volvió a echarse el equipo a las espalda y creó algo de peligro, peligro que trataba de crear el Nápoles a la contra. Y con el 1-1 se llegó al final, pudieron ganar los dos; también pudieron perder, la eliminatoria se resolverá en el finalizado San Mamés.
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