martes, 10 de marzo de 2015

Levante 2-1 Eibar: El Levante quiere salvarse.

Segunda remontada granota en menos de dos semanas. Los de Alcaraz salen del descenso. El Eibar, que se adelantó con un golazo de Saúl, suma su séptima derrota consecutiva y se mete en problemas. Barral y Uche, goleadores del Levante.

El Levante volvió a levantar un partido en un suspiro (2-1), como ya hiciera frente al Granada, y sale de forma momentánea de la zona de descenso. El cuadro de Alcaraz superó al Eibar, que suma siete derrotas consecutivas, se mete en un buen lío y por si fuera poco recibe al Barcelona la próxima semana, con dos tantos en dos minutos de Barral y Kalu Uche, que dejaron en nada el gran gol que había marcado Saúl unos minutos antes.

Levante y Eibar dejaron el fútbol y los goles para la segunda parte. La primera fue algo cercano a un espanto futbolísticamente. El Levante empujó y lo intentó, pero con pocos recursos, y al Eibar se le notó la falta de confianza que traen consigo las derrotas. El equipo de Garitano, de inicio, estuvo más pendiente de no recibir daño que de crear. Las pinceladas las dejó para Saúl, el mejor del equipo armero, y la pelea de Lekic con los centrales. En el Levante, Morales llegó y centró mucho, pero Ekiza y Navas vivieron relativamente tranquilos. Hubo poca cosa que echarse a la boca en esa primera mitad.

La segunda fue otra cosa desde el inicio. Muy pronto, Mariño evitó el gol de Saúl. Salió el Eibar con alegría, recordando al equipo que asombró en la primera vuelta. Y como recordó a ese equipo, también marcó uno de esos goles que marcaba en la primera rueda. Un golazo. Manu y Bóveda conectaron en la derecha, el lateral centró y Saúl conectó una volea soberbia, al palo largo. Estará entre los mejores de la jornada. Fue el premio a un buen inicio del Eibar, valiente, metiendo atrás al Levante.

El cuadro de Alcaraz estaba de nuevo en la UVI, como hace dos semanas frente al Granada. En zona de descenso y perdiendo en casa frente a un rival directo. Desperdiciando una bala de oro. Pero entonces, otra vez, tuvo fe. Creyó en que era posible, y de nuevo logró la remontada. Aunque esta vez no fue al final del partido como entonces, sí fue otra vez en un suspiro, en dos minutos. Primero combinaron por la izquierda Toño y El Zhar (su entrada resultó decisiva para revolucionar el partido), disparó mal el lateral y el balón fue hacia Barral, que de forma instintiva se abrió de piernas, el balón le golpeó en la parte posterior del muslo y desvió tanto la trayectoria que fue imparable para Jaime. Después del partido el propio Barral reconoció que no sabía cómo había rematado.

En la siguiente jugada, los centrales del Eibar se liaron, no despejaron una acción que peleó el Zhar, el pelotazo de Ekiza pegó en Navas y el balón quedó suelto para Uche, que solucionó la acción con un zurdazo cruzado ante Jaime. Dos minutos de locura para que el Ciutat de Valencia vibrara y creyera en la salvación. Después de eso, el Eibar apenas tuvo respuesta. Quedó en shock, viendo cómo se le escapaba otro partido. Sólo Saúl Berjón ofreció algo de calma y capacidad para hacer daño a la defensa del Levante. Son ya siete derrotas consecutivas y ocho partidos sin ganar del equipo de Garitano, que tiene motivos para estar preocupado. El descenso, si al Almería no le restan los tres puntos, le queda a tiro de un triunfo. Una zona de descenso de la que salió el Levante, al que quizá le falten muchas cosas, pero desde luego no le falta fe.

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