
El Deportivo cayó el sábado en Riazor (2-8) ante un Real
Madrid sobresaliente en la faceta ofensiva. El resultado es un castigo
inmerecido a la propuesta blanquiazul, que siempre buscó el buen fútbol a pesar
de la enorme maquinaria goleadora que se situó enfrente.
La primera media hora fue igualada. El Dépor aguantaba sin
agobios el enorme talento madridista con Medunjanin como faro; e incluso trató
de buscar la portería rival. Todo cambió con el primer tanto, obra de Cristiano
Ronaldo. En un centro, a primera vista intrascendente, de Arbeloa por la
derecha, el portugués se eleva por encima de Sidnei y coloca de cabeza el balón
en la escuadra derecha de Lux. Imparable gol sólo a la altura de un crackundial. El gol fue un mazazo psicológico al buen trabajo deportivista hasta ese momento.
Empezó así el recital de puntería del Real Madrid. Poco después, James, desde
fuera del área, coloca el balón en la escuadra izquierda de Lux. El tercer
tanto, de nuevo obra de Cristiano, dejaba el partido visto para sentencia.
Víctor trató en el descanso de agitar el juego con la entrada de Juan Domínguez
y Cavaleiro. Arrancó el Dépor furioso, y Medunjanin recortó diferencias al
transformar un penalti señalado por el colegiado por mano de Sergio Ramos.
Cavaleiro tuvo acto seguido en una contra la posibilidad del 2-3, pero su
disparo se marcha ligeramente desviado, a la izquierda de Casillas. El
internacional portugués recibió un balón largo desde la derecha, encaró a su
par, se decidió por el disparo pero no tuvo puntería.
El partido tocó a su fin con los dos goles siguientes de Bale, que aprovechó
dos balones en el área para batir de nuevo a Lux.
Toché, que falló un cabezazo franco sólo ante Casillas, maquillaba
provisionalmente un resultado (2-6), que Chicharito se encargó de nuevo de
ampliar, con dos tantos en los minutos finales. El primero de ellos un golazo de volea. Isco volvió a maravillarnos lo poco que jugó con unos detalles técnicos exquisitos.
La afición, a pesar del 2-8, despidió con aplausos al Dépor, conscientes del
esfuerzo tanto mental como físico que supuso el partido y con el derbi gallego al
llegar.
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